La Policía Nacional ha publicado en su cuenta de Twitter algunas de las técnicas que más están utilizando los cacos para asegurarse de que no hay nadie en una vivienda antes de cometer un robo. “Si detectas estos testigos en tu puerta o vaselina en la mirilla, los cacos andan cerca. Cierra siempre con llave”, advertían en su Twitter consiguiendo más de 500 retuits.
Si detectas estos testigos en tu puerta o vaselina en la mirilla... los cacos andan cerca. Cierra siempre con llave ¡Toma medidas y 📞091! pic.twitter.com/tjQvEybQND
— Policía Nacional (@policia) 20 de febrero de 2017
Con estas técnicas los intrusos averiguan antes de cometer el robo si una casa está deshabitada, disminuyendo así los riesgos. Si encuentran que los plásticos o testigos siguen en colocados en los márgenes de la puerta, sobrentienden que nadie ha accedido desde entonces a la vivienda. Por el contrario, si el plástico se cae, será evidente que se trata de una vivienda que generalmente cuenta con la presencia de sus propietarios.
En el caso de la vaselina pasa aún más desapercibida para el propietario, que en la mayoría de veces no lo asocia a una acción de los cacos. Este método consiste en untar vaselina en la mirilla de la puerta o incluso colocar un pequeño trozo de film transparente sobre ella. De esta forma, si alguien estuviera en el interior de la vivienda, al utilizar la mirilla tendría una visión borrosa, limpiando posteriormente la vaselina o retirando el plástico.
El pasado año 2016 se produjeron 112.925 robos con fuerza en viviendas según el último balance de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior. Esto se traduce en una media de 309 robos al día. A pesar de la preocupante cifra, se trata de un -2.10% menos que durante el 2015, año en el que se produjeron 115.302 robos.
Tomar las medidas preventivas a tiempo puede disminuir o incluso evitar que los intrusos accedan a nuestra vivienda. Según la Unión de Cerrajeros de Seguridad de España, el 80% de las cerraduras instaladas actualmente en viviendas o negocios están obsoletas y no son seguras. Esto hace que sean altamente vulnerables a métodos de intrusión como el bumping.