Cada vez son más las ciudades que buscan soluciones inteligentes a los problemas más comunes de la sociedad contemporánea: organización de la población, contaminación, sostenibilidad, crecimiento económico, seguridad, etc. La respuesta a estos problemas está estrechamente vinculada a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), uno de los conceptos que más caracteriza a las Smart Cities o ciudades inteligentes.
Pero antes de continuar, ¿qué entendemos por Smart City? Se trata de una ciudad que aplica las Tecnologías de la Información y la Comunicación con el objetivo de conseguir crecimiento económico y desarrollo sostenible, una mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, una gestión más eficiente de los recursos disponibles y una mayor seguridad y colaboración ciudadana.
Actualmente el 54% de la población mundial vive en áreas urbanas y se prevé que en 2050 esta cifra ascienda al 66%, tal y como confirma el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas a través de su página web. Esto significa que los núcleos urbanos tienen que actuar ante problemas como abastecimiento energético, emisiones de CO2, planificación del tráfico automovilístico, gestión de bienes y materias primas o prestación en materia de sanidad, educación, etc.
El crecimiento de las ciudades también hace que la gestión de la seguridad pública sea cada vez más compleja. Ante esto, resulta esencial la puesta en marcha de determinadas medidas que garanticen el bienestar y la calidad de vida de todos los ciudadanos. ¿Qué acciones son imprescindibles para garantizar la seguridad en los núcleos urbanos?
Actualmente podemos encontrar numerosas ciudades que destacan por la incorporación de algunos de los puntos citados anteriormente. Es cierto que existen países cuyas ciudades están más avanzadas que otras. Sin embargo, hay proyectos inteligentes en prácticamente en todo el mundo, lo que deja entrever la importancia de los valores y objetivos que buscan las Smart Cities.
Junto a estas ciudades se unen otras como Santiago de Chile, Copenhage, Melbourne, Barcelona o Vancouver. En definitiva, las Smart Cities son ya una realidad.