Nos decantamos a veces por lo novedoso, sin pensar en lo esencial? Existe tal número de sistemas de seguridad (alarmas, rejas, cámaras, etc.) para el hogar y el negocio en el mercado, y tanta inversión en esfuerzo comercial (de mayor o menor agresividad) por parte de las empresas, que en muchas ocasiones nos abalanzamos a tomar una decisión, sin pensar en que la seguridad es un proceso, y no una única compra.
Y es que entre tanta medida de seguridad, hemos de distinguir entre las que cumplen un papel disuasorio y las que cumplen un papel defensivo.
Los ladrones experimentados conocen y detectan los puntos débiles de la vivienda como atractivas oportunidades. Identifican las “ superficies de ataque” (puertas, ventanas, etc.) y determinan los métodos de acceso en función del equipamiento instalado.
Así pues, instalar alarmas y otras medidas de carácter disuasorio es conveniente, pero un paso previo es reforzar la seguridad material en las superficies de ataque como puertas y ventanas, instalando medidas puramente defensivas: cilindros de alta seguridad, escudos de protección, rejas, perfilería de alta calidad, etc.
Esto no significa que los sistemas de alarma no jueguen un papel destacado dentro de la seguridad doméstica y empresarial. Al contrario, todas las medidas suman y son complementarias entre ellas. Pero para no empezar la casa por el tejado, es conveniente reforzar la seguridad material previo a contratar servicios de disuasión, especialmente si no contamos con un presupuesto holgado.
Los principales sistemas de seguridad deben recaer en las superficies exteriores o de contacto (puertas, ventanas, rejas, vallados…). Estas tienen que estar preparadas para resistir el ataque y actuar como defensa o barrera de acceso. La capacidad defensiva será mayor o menor en función de la calidad del producto que hayamos adquirido.
Partiendo de esto, es importante plantearnos el tiempo de resistencia que actualmente tiene nuestra vivienda. Es decir, el tiempo y esfuerzo necesario para romper con la protección física de los sistemas de seguridad que tenemos instalados.
Si vivimos en un piso, el primer paso es asegurarnos de que contamos con una buena cerradura, elemento básico para burlar intentos de robo. Si nuestro cilindro es antiguo será fácilmente manipulable y tendrá una resistencia física mínima, tal y como se aprecia en la imagen izquierda (ver: El 80% de las cerraduras en España no son seguras según la UCES). Si vivimos en una casa, o a nivel de calle, deberemos preocuparnos también de las ventanas.
Una vez cuentes con una cerradura de alta seguridad, las siguientes capas de la secuencia están vinculadas al tipo de puerta (acorazada o blindada) y ventanas, la instalación de rejas o vallado, sistema de alarma, cámaras de videovigilancia, entre otros.
Y por último, junto a estos sistemas de protección, también es importante adoptar una actitud proactiva y seguir determinados hábitos para disminuir la probabilidad de ser víctima de robo, por ejemplo cuando te ausentas por viaje.
El cilindro ABS® es líder en el Reino Unido y ha sido diseñado para soportar los distintos métodos de intrusión como bumping, snapping, drilling o picking (Ver: Analizamos las 4 técnicas que utilizan los ladrones para acceder a las viviendas). De esta forma, es una capa de seguridad básica que no debería faltar en tu vivienda.
Las numerosas acreditaciones a nivel internacional que posee dejan patente su elevada capacidad de resistencia física, siendo imposible para el ladrón acceder a la vivienda manipulando la cerradura. Actualmente más de 800.000 hogares ya cuentan con la protección ABS®. ¿Quieres que tu vivienda se sume al listado de hogares protegidos? Consigue ahora ABS® a través de nuestra tienda onliney aprovéchate de un 10% de descuento.